La toxoplasmosis ocular o retinocoroiditis, es una enfermedad originada por la presencia de Toxoplasma gondii, un parásito que lleva a cabo su ciclo celular en el gato. Generalmente, es causada por una infección congénita. Sus síntomas son: fotofobia, visión borrosa y dolor ocular.
El parásito Toxoplasma gondii se desarrolla en el tracto digestivo de los felinos, y puede ocurrir que estos infecten los alimentos y el agua que consumimos a través de las heces.
La toxoplasmosis ocular también puede transmitirse al ingerir verduras y frutas mal lavadas, o carnes parcialmente crudas. Igualmente, como norma general, al contagiarse con toxoplasmosis aguda, la mayoría de los individuos no presentan síntomas.
No obstante, aquellas personas con un sistema inmunológico débil, podrían manifestar erupciones en el cuerpo, fiebre, ganglio cervical, odinofagia y mialgia. Todos estos, son síntomas propios de la mononucleosis y, aunque son leves y desaparecen con los días, la infección queda latente en el cuerpo humano.
Son las lesiones localizadas en el área de la retina. Como característica general, son pequeñas y blancas, y al ser una infección latente en el organismo, cuando se reactiva, el paciente puede presentar una vitritis intensa, una inflamación que tiene incidencia en el humor vítreo contenido en el globo ocular.
Estás lesiones, si no se tratan a tiempo, pueden tener un efecto grave en la vista, si afectan al área macular. Los pacientes mayores de 40 años tienen más riesgo de que la enfermedad reaparezca, en un periodo de tiempo de 5 años después de los primeros síntomas.
Esta clasificación de la enfermedad puede manifestarse en recién nacidos, hijos de madres diagnosticadas con toxoplasmosis ocular o neurológica. En este caso, se trata de una afección que puede generar epilepsia, ceguera, retraso psicomotor e hidrocefalia.
Este tipo de toxoplasmosis puede manifestarse en pacientes diagnosticados con la infección congénita, y en procesos de reactivación de la infección latente en pacientes con inmunodeficiencia (VIH).
En cualquier caso, el paciente deberá asistir a consulta oftalmológica de emergencia, reservando una cita aquí, con el propósito de comenzar a tratar la patología ocular lo más pronto posible.
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